Vamos a ingresar al mundo de las empanadas, un arte distinto al desarrollado para la cocción de pizzas. Para mí es más simple hacer empanadas que pizzas. Me parece que sólo hay que cuidar dos factores para no fallar con las empanadas: las proporciones del relleno y dejar a éste descansar por lo menos una noche en la heladera en un Tupper o en una olla bien tapada.
Comenzamos por la empanada porteña
Las tapas de empanadas son fáciles de preparar pero las desarrollaremos después, por ahora va el relleno y las tapas pueden comprarlas en cualquier almacén.
Para el relleno se necesita:
2 cebollas blancas grandes
2 cucharadas de pimentón
1 cucharada de ají molido
1 cucharada de comino en polvo
1 ó 2 cubos de concentrado de gallina
1/2 taza de aceite mezcla
3 cucharadas de margarina
2 cucharadas de cebolla de verdeo
2 huevos duros
1 aceituna verde deshuesada por empanada. Posiblemente unas 24.
Preparación del relleno:
Caliente el aceite y dos cucharadas de margarina en la sartén. Saltee en ella las cebollas picadas hasta que estén transparentes y revuelva. Agregue los cubos de concentrado desmenuzados y revuelva hasta que se deshagan los fragmentos del cubo. La carne cortada finamente póngala en un colador y échele agua hirviendo para sancocharla. Eche la carne sancochada junto a la cebolla. Mientras revuelve agregue pimentón, comino y ají molido. Siga revolviendo para cocinar bien la carne rectifique la sazón. Si está muy seca eche un poco de aceite y la última cucharada de margarina. Cuando termino si va a armar las empanadas al día siguiente espere que se enfríe y refrigere el relleno una dos a tres horas, mejor es dejarlo toda la noche. Así, al día siguiente, ni bien se levanta saque el envase de la heladera y llevelo a un lugar cálido en la cocina y colóquele el huevo picado, la cebolla de verdeo picada muy finita y una aceituna deshuesada por empanada. Si va a comer el mismo día que prepara el relleno, eche la mezcla en una pizzera grande y esparza el relleno para que se enfríe más rápido, cuando ya está tibia casi fría la mezcla coloque el huevo y la cebolla de verdeo.
Revuelva con cuchara la preparación y ponga una porción en el centro de cada disco de masa y una aceituna descarozadas. Moje ligeramente sus dedos y páselos por la mitad del borde de la tapa y cierre la empanada. Puede aplastar los bordes con un tenedor o anímese a hacerles el repulgue que es una sucesión de pequeños dobleces del borde sobre sí mismo que al final queda como una costura. Asegúrese de que quede bien cerrada. Puede pintar las empanadas con yema de huevo para que salgan brillantes antes de cocinarlas.
Cocinar en horno a 180° C. hasta dorar la masa.
Revuelva con cuchara la preparación y ponga una porción en el centro de cada disco de masa y una aceituna descarozadas. Moje ligeramente sus dedos y páselos por la mitad del borde de la tapa y cierre la empanada. Puede aplastar los bordes con un tenedor o anímese a hacerles el repulgue que es una sucesión de pequeños dobleces del borde sobre sí mismo que al final queda como una costura. Asegúrese de que quede bien cerrada. Puede pintar las empanadas con yema de huevo para que salgan brillantes antes de cocinarlas.
Cocinar en horno a 180° C. hasta dorar la masa.
Por qué la llaman empanadas porteñas, quizá porque la receta tiene la menor cantidad de productos y está expurgada de ingredientes que relacionamos con los indígenas.
Lo cierto es que se la llama Porteña y realmente se parece a cualquiera que comamos en restaurantes y bares de mala muerte.
Por ahí he leído que las empanadas porteñas del siglo XIX eran de carne de gallina y llevaban alguna fruta de estación cortada en cubitos.